Una herramienta alimentaria que te enseña a escuchar a tu cuerpo.
El protocolo de ayuno intermitente se ha vuelto viral en los últimos años con una gran cantidad de adeptos. Sin embargo hay que saber aplicarlo a nuestro día a día; recuerda que cada uno de nosotros somos un mundo, no debemos por nuestro bien, copiar el método de la vecina; hay que tener en cuenta las características personales, clínicas y estilo de vida.
Sabemos que el ayuno puede aportar beneficios más allá de un objetivo de peso como puede ser mejorar nuestra capacidad de concentración, nivel de energía y mejoría en algunas sintomatologías digestivas.
El ayuno intermitente como su nombre implica puedes incluirlo en tu estilo de vida de forma alterna, sin que sea un gran esfuerzo o ser esclavo del mismo. Por ello a continuación te describo de forma resumida los tipos de ayuno que puedes realizar y que puedes aplicar sin dificultad:
NIVEL BáSICO
Seguir la alimentación base. Hábito de aplicación diaria.
Entre la cena y el desayuno hay un descanso de 12 horas.
NIVEL INTERMEDIO
- Opción 1:
Saltarse el desayuno
Avanzar la hora de la comida
- Avanzar la hora de la cena Opción 2:
Realizar un desayuno y almuerzo completo. Saltarse la cena
NIVEL AVANZADO
Realizar una comida completa al día durante la mañana o la tarde. Siempre antes del atardecer.
RECOMENDACIONES BÁSICAS
Realizar una introducción progresiva al ayuno intermitente
La alimentación debe de estar basada en comida real.
Durante el ayuno se pueden tomar agua mineral, agua con gas, infusiones no edulcoradas ni azucaradas, pequeñas cantidades de te kombucha, caldo vegetal o caldo de huesos.
El café, el te y el mate son estimulantes. No rompen el estado de ayuno, pero recomendamos moderar su consumo.
Comer sentado y de manera consciente, en un ambiente agradable.
Si se está adaptado al ayuno, se puede realizar ejercicio físico.
El ayuno es un estresor con posibles beneficios para la salud. Se debe considerar el contexto individual para su aplicación.
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